El de Sant Quirze del Vallés (Barcelona), debutante en la categoría de camiones, salvó una dura y larga jornada en la que le pasó de todo.
Acompañado por Lluís Rosa y Jordi Celma en el MAN del equipo Marrones Jalan, sufrió un pinchazo, se perdió, ayudó a varios vehículos y remolcó el buggy de unos cataríes hasta la meta en plena noche.
“Fue súper duro. A unos 100 km de la meta nos encontramos a mucha gente perdida. Había camiones y coches en todas las direcciones”, comentó el copiloto Lluís Rosa.
Esto es el Dakar. Nadie dijo que fuera a ser fácil y Javier Jacoste tenía la lección bien aprendida desde el inicio. La primera etapa de la cita saudí fue una auténtica odisea para los integrantes del equipo Marrones Jalán, que consiguieron completar la especial pasada la media noche en Arabia Saudí.
El día empezaba bien, con un ritmo constante y seguro para Jacoste en su camión MAN, hasta que sufrió un pinchazo que le obligó a parar. A partir de ahí, en la zona más técnica de la etapa, el piloto de Sant Quirze del Vallés (Barcelona) y sus compañeros, Lluís Rosa y Jordi Celma, tuvieron que apañárselas para superar todo tipo de desafíos en la que fue la primera gran prueba de fuego de este Dakar.
“Fue súper duro”, explicó el copiloto Lluis Rosa cuando llegaron al bivouac de Bisha de madrugada. “Una etapa difícil. Al principio íbamos muy bien, sólo tuvimos que parar por un pinchazo. Luego nos detuvimos a ayudar a Yago de Prado y Álvaro Moya, que tenían problemas con su buggy”.
No fue el único equipo al que auxiliaron los chicos del Marrones Jalan. Conscientes de que el tiempo en carrera sería lo de menos en una jornada que se les hizo eterna, no rehusaron remolcar el buggy de unos pilotos cataríes que se había quedado averiado en medio del desierto. “Estaban sin batería ni nada. Los enganchamos con la eslinga y los llevamos hasta el final, pero fue una odisea por el fesh-fesh, porque no podíamos ir rápidos con ellos detrás. Éste es el verdadero espíritu del Dakar, la solidaridad entre compañeros”, explica Jacoste.
Nuestros ‘ángeles de la guarda’ continuaron con su periplo hasta que en la parte final de la etapa llegaron a una zona donde muchos competidores se perdieron para hallar la ruta concreta.
“Estábamos navegando muy bien, pero a unos 100 km de la meta nos tropezamos con mucha gente perdida. Había camiones y coches en todas las direcciones. Nosotros también perdimos tiempo hasta que dimos con el waypoint para seguir”, comentó Rosa. “Se nos hizo muy tarde y nos acostamos a las 3 de la madrugada, fue difícil, pero al final logramos completar la etapa, algo que muchos equipos no pudieron. Así que, contentos y a seguir, que todavía queda mucho Dakar”.
Después de esta primera gran aventura dakariana, hoy se disputa la segunda etapa del rally, en la que Javier Jacoste, Lluis Rosa y Jordi Celma tendrán que superar el primer cordón de dunas de esta edición. El fuera pista y la arena también tienen mucho que decir en una de las jornadas más largas de la prueba con 457 km cronometrados y 228 de enlace con salida en Bisha y llegada en Wadi Ad-Dawasir.
Artículo por: Prensa Equipo Marrones Jalan / Mediagé Comunicación